Para favorecer una adecuada comprensión de los cambios físicos propios de la pubertad y un adecuado desarrollo afectivo sexual, se recomienda:
• Ofrecer información clara sobre los cambios físicos propios de la pubertad y sobre su implicación en su propio cuerpo. Ofrecer información sobre cómo se relacionan estos cambios con el mundo social.
• Ofrecer información sobre cómo mantener la seguridad en situaciones de relaciones con otras personas.
• Clarificar qué información y conductas deben reservarse para el ámbito privado.
• Desarrollar programas de educación sexual adecuados y adaptados a las distintas necesidades de las personas con TEA, teniendo en cuenta su nivel de funcionamiento.
• Respetar momentos de intimidad y privacidad.
En relación a la anatomía y fisiología sexual, se recomienda:
• Ofrecer información sobre su propio cuerpo y desarrollar una actitud positiva hacia uno mismo.
• Promover hábitos de higiene y cuidado personal. Revisiones médicas.
• Ofrecer información sobre aspectos como la menstruación. En el caso de las chicas, proporcionar más información sobre los ciclos menstruales, ayudarles a encontrar estrategias para identificar y regular las sensaciones físicas y emocionales asociadas.
Dado que es imposible saber exactamente cúando una chica tendrá su primer período, es importante tener en cuenta sus preferencias personales, su personalidad y su nivel de comprensión al decidir cuándo debatir este tema. Es importante tener en cuenta que los preadolescentes con TEA a menudo necesitan tiempo adicional para adaptarse a los cambios y la nueva información, y a veces pueden obsesionarse con eventos impredecibles. Dado que el primer período generalmente ocurre entre doce y dieciocho meses después de comenzar el desarrollo de los senos, a menudo es un buen momento para comenzar a discutirlo.
Es crucial preparar a las chicas para su primer período antes de tiempo, importante elegir el momento adecuado para prepararla para esto. Se pueden utilizar apoyos visuales para explicarles los cambios corporales que ocurrirán, el uso adecuado de tampones y compresas, así como escalas, también visuales, para que puedan cuantificar sus sensaciones físicas.
• Ofrecer información sobre otros conceptos como eyaculación y masturbación.
• Explicar concepto de «público» y «privado», con apoyos visuales e historias sociales que faciliten la comprensión.
En relación a los abusos sexuales, se recomienda ofrecer información sobre qué son, quiénes pueden cometerlos, quién nos puede ayudar y qué hacer en caso de sufrir abuso sexual. Es importante favorecer la prevención.
Bibliografía:
Este es un artículo original del 12º Informe FAROS «Una mirada a la salud mental de los adolescentes – Claves para comprenderlos y acompañarlos».