Sabemos bien que la escuela no es el único agente que educa, la intervención de la escuela queda incompleta si en el hogar no se actúa de forma coherente. La metodología TEACCH puede representar un nexo de unión entre ambas instituciones, familia y escuela, dotando de esa coherencia la intervención educativa, y optimizando el equilibrio emocional del alumnado TEA. Esta metodología, de la que en otras ocasiones hemos hablado (podéis dirigiros a este enlace) trata de fomentar la autonomía personal y social de las personas con TEA tanto en la escuela, como en el hogar y en la comunidad.
Así, la organización TEACCH de ambientes estructurados, predecibles y fijos que encontramos en muchas aulas y centros podemos extrapolarla a nuestro hogar, a fin de hacer más predecible el día a día de estas personas y favorecer el desarrollo de hábitos de trabajo autónomos.
Dependiendo de las posibilidades de cada hogar, podemos construir ambientes TEACHH más grandes o más acotados. Puede ser su dormitorio, la sala de estar, la sala de estudio, varios de ellos o simplemente un rincón de la casa. En todos los casos, facilitaremos significativamente en nuestro familiar TEA esa capacidad de predecir y estructurar el mundo tan necesaria para un correcto desarrollo, además de hacerlos más eficaces y autónomos en sus tareas diarias y en su trabajo escolar.
El abanico de opciones es inmenso. Expondremos, a modo de ejemplo, cómo estructuraríamos un salón convencional bajo esta metodología. Debemos tener en cuenta que es sólo una propuesta ejemplificadora, y que para cada caso la organización será distinta en función de las necesidades, características y preferencias de cada persona, familia y hogar.
Estructura espacial:
Podemos llevar a nuestro hogar una organización por rincones parecida a la que encontramos en las aulas. Cada rincón debe estar convenientemente señalizado a través de pictogramas y líneas que delimiten el espacio. Es importante tener en cuenta que el salón debe tener una decoración escueta, sobre todo si existen problemas de atención, a fin de evitar su confusión y propiciar que se centre en lo verdaderamente relevante de la situación.
Podemos contemplar rincones como los siguientes:
– Rincón de comedor: debe ser un espacio limitado en el que, de forma clara, informemos de la actividad que allí se realiza, pudiendo además reflejar algunas normas o información de lo que vamos a comer en forma de pictogramas.
– Rincón para Juego y ocio: un lugar debidamente señalizado donde colocar sus juguetes, videoconsola…
– Rincón de trabajo e investigación, con componentes como una estantería de libros, un PC, mesa de trabajo etc. Debe ser simple y libre de distractores, a fin de maximizar su capacidad atencional.
– Rincón de Relajación: sofá, alfombra, pufs, objetos de apego… se trata de construir un lugar tranquilo sin estímulos excesivos al que pueda acudir cuando se sienta cansado o sobrepasado.
Organización temporal:
A través de planificadores temporales y horarios concretamos algo tan abstracto como la rutina temporal. Esto da estructura a su mundo, favorece el desarrollo de la noción temporal y minimiza la ansiedad de no ser capaz de prever lo que ocurrirá a continuación. Podemos utilizar, por ejemplo:
– Horarios y agendas. Dan pistas visuales sobre las actividades que se van a producir, qué se hace en cada momento, dónde, y en qué orden. También puede contener la fecha, el tiempo meteorológico u otra información. Una buena idea es utilizar un tablón y, mediante velcro, disponer la secuencia en pictogramas para cada día, de izquierda a derecha, o de arriba a abajo. Pero, dependiendo del nivel de desarrollo de cada persona, también podemos utilizar las agendas “Primero-Entonces” (del inglés First/then), que se limitan a indicar lo que se está haciendo ahora y lo que se hará justo detrás.
– Planificadores o sistemas de trabajo: le comunican la secuencia a seguir de una actividad concreta, enfatizando el concepto de “tarea finalizada”. Podemos organizarlo de arriba abajo, o de izquierda a derecha, utilizando bandejas, corchos o cestas. El contenedor de la izquierda es para la “tarea a realizar” y el contenedor de la derecha es para la “tarea acabada”. Por ejemplo, en el rincón para comer, el contenedor derecho debe contener un elemento que simbolice cada paso a seguir: poner la mesa, sentarnos a comer, levantarnos y recoger. Este elemento puede ser una parte de un objeto, un objeto en miniatura, una fotografía, un pictograma…
Por último, no olvidemos que una de las principales características de la metodología TEACHH es que sus apoyos deben poderse ir retirando gradualmente, o sustituyendo en función de los objetivos a conseguir. Esta flexibilidad, que debemos tener en cuenta desde el primer momento, posibilita el avance en el desarrollo y evita el anclaje y dependencia de los apoyos que brindemos.
Como vemos, las posibilidades de esta metodología son infinitas y traspasan el centro educativo, siendo idónea para la educación de personas con multitud de condiciones y características.
Procedencia de los Pictogramas: ARASAAC
– Alvarez, R. Organización del aula y diseño de actividades según el modelo TEACCH. Estrategias de intervención en Trastornos del Espectro Autista. Federación de Autismo Andalucía. Recuperado de: plataforma.cepmarbellacoin.org/moodle/file.php/141/ROSA_ALVAREZ/Resumen_TEACCH.pdfRamasco, M. T. (2014). Bases de un programa de intervención en niños con TEA: Desarrollo de conductas comunicativas preverbales. Recuperado de: http://uvadoc.uva.es/handle/10324/7208
– Mesibov, G. & Howley, M. (2010). El acceso al Currículo para alumnos con Trastornos del Espectro del Autismo: Uso del Programa TEACCH para favorecer la inclusión. Ávila: Autismo Ávila.
– Acribio (2015). Colección de Actividades Método TEACCH y Guía de Trabajo. Blog Imágenes Educativas. Recuperado de: http://www.imageneseducativas.com/coleccion-deactividades-metodo-teacch-y-guia-de-trabajo