El término desarrollo se refiere a una serie de cambios que se producen entre la concepción y la muerte de los seres vivos. Muchos de los cambios que ocurren durante el desarrollo se deben al crecimiento y la maduración.
La maduración comprende los cambios que ocurren de manera natural y espontánea y que está en buena parte programada genéticamente y, en otra, dependiente del medio (por ejemplo el desarrollo físico). Otros cambios son producidos por el aprendizaje que ocurre cuando los individuos se relacionan con su ambiente y constituye una parte importante del desarrollo de la persona.
El juego es parte importante en este desarrollo (y en el aprendizaje), y está marcado por diferentes “hitos” que nos va a permitir observar la evolución de un niño o niña. Así, alrededor de los 24 meses, los niños juegan y comparten juguetes con otros niños. También, comienzan a imitar sonidos de animales y objetos conocidos como juego. Un hito importante es la aparición del juego funcional (comienzan a reproducir acciones reales con juguetes). Más adelante, sobre los 36 meses, el juego sigue presentando gran componente motor (el desarrollo cognitivo y motor está muy ligado en la primera
infancia).
Por ello, los niños corren, enroscan, enhebran, encajan piezas, muestran preferencias entre sus iguales para jugar, aplican normas y reglas sencillas al juego o realizan juego simbólico.
Una de las características de las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (DSM.V), es la aparición de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que se manifiestan, por ejemplo en conductas tales como alineación de juguetes o dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos.
A veces, este tipo de juegos (junto a laausencia o dificultades en el lenguaje) son los primeros signos de alarma para los padres/madres.
Por tanto, el juego se convierte en una de las áreas afectadas y sobre las que hay que trabajar en TEA, y a su vez es una de las herramientas más valiosas a la hora de diseñar una intervención efectiva para alumnado con TEA.
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A continuación, se describen algunas consideraciones generales que pueden servir tanto al ámbito familiar como educativo a la hora de enfrentar el juego en niños/as con TEA:
1. Estructura. El juego debe ser estructurado. Las sesiones de juego deben separarse en partes pequeñas.
2. Comprensión del juego y contexto. Debemos asegurarnos que se comprende el juego y sus reglas (si es necesario usar pictogramas, acompañados de la orden verbal).
3. Modelado. Un adulto debe modelar el juego y ayudar. Si es un juego solitario, el adulto posteriormente se irá retirando. Si el juego implica a iguales, pueden pasar a modelar los iguales, hasta que el niño/a logre realizar el juego sin ayuda.
4. Reforzador. El juego debe ser un reforzador siempre, debe ser
agradable.
5. Juego en familia. El juego es una de las conductas que más tiene lugar en la casa, en familia, ya que es el sitio donde los niños/as suelen pasar la mayor parte del tiempo. Por tanto, la familia toma un papel primordial en este aspecto siendo los principales agentes activos en las intervenciones, por lo que hay que dotarles de herramientas útiles en su día a día.
De hecho, numerosos estudios abalan la importancia de involucrar en este sentido a los progenitores, ofrecerles herramientas y habilidades para llevar a cabo los juegos, y además motivarlos a que jueguen con sus hijos (Román-Oyola, Figueroa-Feliciano, TorresMartínez y colaboradores, 2018).
6. Juego cooperativo. En el ámbito educativo, especialmente en etapas infantiles, se está estudiando el uso de metodologías cooperativas. Los resultados muestran que mejora las relaciones sociales y facilita la inclusión de alumnado con TEA, despertando en sus compañeros conductas prosociales, al tiempo que el niño con diagnóstico de TEA nos hace participes de su entorno, mejorando la cohesión del grupo (Cuéllar, Pérez y De la Iglesia, 2015).
7. Otros aspectos importantes:
a. Es necesario partir de los intereses y puntos fuertes del niño/a. Por difícil que parezca en muchas ocasiones, siempre se encuentra algún aspecto motivador. También podemos dar a elegir entre dos opciones.
b. En niños más pequeños, utiliza la anticipación…¡1,2 y 3! Pausa la actividad que le gusta y espera a que solicite seguir con el juego.
c. Utiliza el juego para favorecer la comunicación. Pon juguetes u objetos de su interés fuera de su alcance, y ayúdale a que lo pida.
d. Realiza juegos donde se precisa la interacción: cucu-tras, cosquillas, lanzar al niño/a hacia arriba, etc.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Asociación Americana de Psiquiatría (2013). DSM-5.
Cuéllar, Y., Pérez-Brunicardi, D., y De la Iglesia, M. (2015). Enseñanza cooperativa como instrumento para la inclusión de un niño con trastorno de espectro autista (tea) mediante juegos cooperativos en un aula de educación infantil. Revista arbitrada del cieg, 259-271.
Román-Oyola,R., Figueroa-Feliciano , V., Torres-Martínez ,Y., Torres-Vélez ,
J., Pizarro, E., Fragoso-Pagán , S., y Torres-Colón,L. (2013). Play, Playfulness, and Self-Efficacy: Parental Experiences with Children on the Autism Spectrum. Occup Ther Int, 1, 201.
Alba Martinez